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La economía ecuatoriana 20 años después: ¿mejor o peor?

Hace 20 años Ecuador atravesaba la que quizás fue la más grave de sus crisis recientes, provocada por la crisis bancaria de 1999 y la posterior dolarización de la economía en 2000. En ese momento el país se encontraba en un gravísimo desequilibrio fiscal, con una inflación fuera de control y un elevado desempleo. El proceso de dolarización, aunque controvertido, aportó estabilidad al tipo de cambio y una reducción de la inflación, pero también limitó las políticas monetarias del gobierno. Desde entonces la economía ecuatoriana ha pasado por diferentes fases, que incluyeron altos precios del petróleo, políticas fiscales expansivas y en años más recientes desaceleración económica debido a una mezcla de factores externos e internos (González, 2023).


En la década de 2000, durante la presidencia de Rafael Correa, Ecuador experimentó un período de crecimiento económico como resultado del aumento de los precios internacionales del petróleo, que a su vez permitió al gobierno financiar grandes proyectos de infraestructura. Estos proyectos contribuyeron a la reducción de la pobreza y al aumento de los servicios básicos. A partir de datos del Banco Central del Ecuador (BCE) entre 2007 y 2014 el PIB creció a una tasa anual superior al 4%. Sin embargo también vimos que dicho crecimiento se basó en el petróleo y la falta de diversidad económica nos dejó muy vulnerables a las fluctuaciones del mercado mundial (BCE, 2022).


A pesar de los avances, la economía ecuatoriana aún enfrenta grandes desafíos. El más persistente es el de la alta informalidad laboral. Según el INEC en 2020 más del 50% de la población activa se encontraba en el sector informal. Esta problemática que además limita el acceso a beneficios sociales y aumenta la desigualdad sigue siendo un tema principal en las políticas económicas del país (INEC, 2021). Si bien el gobierno ha planteado medidas de reforma laboral y tributaria vemos poco éxito ya que falta consenso político y además existe resistencia social al cambio.


En los últimos años la economía ecuatoriana ha visto los efectos de la pandemia del COVID-19 que causó una caída del PIB de más del 7% en 2020, lo que constituyó una de las peores contracciones económicas de América Latina. Aunque en 2021 se observaron signos de recuperación económica los problemas de inflación y desempleo siguen muy presentes. Según el Banco Mundial (2022) Ecuador tuvo que recurrir a préstamos externos para financiar su déficit fiscal, lo que a su vez aumenta la vulnerabilidad del país a las crisis económicas. La dolarización ha limitado la capacidad del gobierno para gestionar la inflación y los tipos de cambio, lo que deja a la economía ecuatoriana a merced de factores externos.






 
 
 

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